Editorial: Taponar agujeros para proteger el clima

Después del dióxido de carbono, el metano es el segundo gas de efecto invernadero más importante de nuestra atmósfera. No permanece allí tanto tiempo como el dióxido de carbono, pero su efecto de calentamiento es mucho mayor. Las fuentes de metano son diversas: se escapa de los pantanos y formaciones de termitas, pero también del ganado digestivo o de los pozos de petróleo y gas natural. Es este último en particular el que ha asegurado que la concentración de metano en nuestra atmósfera haya aumentado cada vez más en los últimos años.

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Chiquita Velazco

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