La muerte de Dios, el superhombre, la reevaluación de todos los valores: estas palabras clave están estrechamente relacionadas con el filólogo e hijo del reverendo Friedrich Nietzsche (1844-1900). Hans Martin Schönhir Mann, profesor de Filosofía Política en LMU Munich, ahora está dando una breve introducción a su vida y obra.
Schönhir Mann remonta el trabajo de Nietzsche a unas 130 páginas. Lo hace en estricto orden cronológico y desvanece breves resúmenes de sus principales tesis que describen una vida marcada por la enfermedad y los viajes precarios. El pensamiento de Nietzsche se estiró en alerta durante apenas 20 años, desde su cátedra de filología clásica en Basilea en 1869 hasta un colapso mental en Turín a principios de 1889. Hasta su muerte estuvo primero a manos de su madre en Nomburg y luego de su hermana en Weimar. Formateado. Este último en particular contribuyó en gran medida al misterio del hermano al falsificarlo.
Disminución de la salud y paranoia
Schönhir Mann describe a Nietzsche como un pensador pobre que no solo logró poco en su campo real de la filología, sino que también permaneció pálido filosóficamente. Además del Decano del Espíritu Santo Arthur Schopenhauer (1788-1860), se ocupó solo del presocrático con más detalle y se alejó de la lectura extensa de Kant o Hegel, por ejemplo. Quizás eso le fue difícil debido a su extrema miopía. Uno adquiere la imagen de un narcisista aficionado y despreciado que, a medida que su salud se deteriora, se va abriendo camino cada vez más profundamente en la paranoia hasta que finalmente se cree Dios o al menos el rey de Italia.
Schönherr-Mann se refiere repetidamente a los vínculos entre el espíritu aristocrático elitista de Nietzsche y el florecimiento del siglo XX. Sus teóricos han hecho un uso extensivo de ideas como el superhombre y «la voluntad de poder» (como este título tentador del libro que la hermana de Nietzsche puso sobre la escritura abandonada). Sin embargo, es cuestionable hasta qué punto se puede medir el desempeño de una persona vistiéndose en una fecha posterior. Es cierto que los nazis utilizaron mal a Nietzsche como su antepasado espiritual, pero eso no ayuda a su comprensión de su época y biografía.
No la filosofía de Nietzsche, sino toda su persona, era cautelosa o metódica, pero más bien mordaz y controvertida, llena de exageraciones y contradicciones. Pero esa sigue siendo su magia hoy. Y la queja sobre este tipo de cosas suena como culpar a una tormenta por no donar una lluvia moderadamente exuberante.