Todo el mundo lo sabe, a nadie le gusta: la vergüenza molesta. Lo notamos físicamente de inmediato. Nos sonrojamos y queremos escondernos. De lo que nos avergonzamos varía de persona a persona. La sociedad en la que nos criamos juega un papel muy importante en nuestro sentido de la vergüenza.
Científicamente, la vergüenza es un concepto muy interesante. Porque dice mucho de nosotros los humanos y de nuestra convivencia. Pero investigar por qué nos sentimos tímidos es complejo. Porque la línea entre la vergüenza, la vergüenza y la culpa es delgada. Esto también dificulta en los estudios psicológicos llegar al fondo de un sentimiento.
función de vergüenza
Irónicamente, por un lado, muchas personas desearían ser menos tímidas. Por otro lado, el comportamiento grosero también tiene connotaciones negativas. Esto se debe a que sentir timidez también cumple una función social. Es una especie de corrección social: si no quieres avergonzarte, apégate a los acuerdos que hemos negociado como sociedad. Si estas cosas son siempre deseables es, por supuesto, otra cuestión. Un grado de rudeza definitivamente no es algo malo, dice Steve Ayan.