Se vuelve más matemático en el capítulo sobre Redes Neuronales Convolucionales. El objetivo aquí es hacer que los algoritmos funcionen de manera más eficiente separando capas individuales de neuronas artificiales mediante filtros y permitiéndoles analizar flujos de datos. Por ejemplo, puede separar con mucha precisión las caras de la multitud en una imagen y manipularlas individualmente. Las explicaciones de Hauser sobre cómo funcionan estas redes limitan las explicaciones académicas, incluso si el libro se ejecuta casi sin fórmulas matemáticas.
Desafortunadamente, al autor solo le faltan unas pocas oraciones al final del libro sobre dónde ha llegado realmente la inteligencia artificial en nuestra vida diaria. Sin embargo, vuelve a ser emocionante para la gente normal en las últimas páginas. Porque esto se relaciona con la pregunta de adónde nos llevará la IA: ¿se convertirá la IA en una gran máquina para acabar con el trabajo? ¿Vamos a crear sistemas que nunca podremos controlar nosotros mismos? ¿La computadora gobernará la tierra?
Hauser tiene cuidado de no hacer predicciones demasiado específicas. Los lectores deben sacar sus propias conclusiones de lo que han leído. El autor señala que cuando escuchas lo que se supone que debe dominar la IA, puedes tener la tentación de sobrestimarlo. Hoy existen casi exclusivamente máquinas de asociación. No hay superinteligencia en el horizonte que pueda ser superior a la nuestra, continúa Houser. Los sistemas realmente inteligentes todavía tienen que aprender a contextualizar los comentarios, tomar decisiones y extraer las acciones correctas de ellos.
Sin embargo, está claro para Hauser: la inteligencia artificial es el mayor invento jamás realizado por la humanidad, mayor incluso que la imprenta o la invención de la rueda.