Imagina que estás flotando en el espacio con un traje espacial (…) De repente descubres dos figuras con apariencia humana que se te acercan muy rápidamente. Los dos visten extraños trajes espaciales, sus rostros cubiertos con cascos. Seguramente son extraterrestres, piensas (…) Queridos y celosos también, transmites un par de ellos para expresar tu admiración. Para tu gran sorpresa, te dijeron que estarían felices de conocerte, pero por mucho que estuvieran interesados, no se moverían ni un ápice. exactamente lo contrario, Tu presencia Si es así, quién se apresuró a alcanzarlos rápidamente. Ambos tienen razón. y ella también».
¿Quién salta a quién?
El físico francés Christophe Galvard, quien recibió su doctorado con Stephen Hawking, describe el principio de la relatividad en palabras sueltas: Sin un excelente sistema de referencia, las leyes de la naturaleza tienen la misma forma para todos los observadores. En la escena descrita, esto significa que no es posible determinar quién se está moviendo ahora.
Este conocimiento, que ya poseía Galileo Galilei, llevó a Albert Einstein a la teoría especial de la relatividad. Galvard pudo explicar los antecedentes de la teoría, así como la fórmula más famosa de la física en solo 89 páginas de letra grande: E = mc2. Comienza con el descubrimiento de la velocidad finita de la luz y la afirmación de Maxwell de que la luz es una onda electromagnética. Luego explica cómo la aplicación del principio de la relatividad a las ecuaciones de Maxwell (que describen el comportamiento de esas mismas ondas) revolucionó nuestra comprensión del espacio y el tiempo: así, las distancias y las duraciones no son las mismas para todos los observadores, sino que dependen de la perspectiva.
A partir de ahí, el autor avanza hasta llegar a la masa, que según la teoría de Einstein también cambia con el aumento de la velocidad, y luego termina con la famosa fórmula E = mc2. Al final mencionó algunas implicaciones de la teoría especial de la relatividad, como la predicción teórica de la antimateria y el uso de la energía nuclear. El estilo de Galvard es relajado y divertido en todo momento, aunque sus explicaciones son un poco breves en algunos lugares, lo que no sorprende dada la brevedad del libro. También hay algunas ilustraciones hermosas, pero a uno le gustaría más. Por ejemplo, el autor muestra que los eventos en el espacio y el tiempo se pueden representar juntos en el llamado diagrama de Minkowski sin explicarlo.